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Si bien, históricamente existen alrededor de 7 tipos de jardines japoneses, los cuales se desarrollaron progresivamente a partir del período Heian hasta la época moderna, solo 3 se mantienen vigentes y son factibles para su construcción doméstica. Te invitamos a leerlos todos para que entres en contexto y así puedas elegir asertivamente luego, aquel que se adapte a tu espacio.
Jardín estanque o Chisen-shoyu-teien
Es un tipo de jardín en su mayoría rodeado por agua, cuyo recorrido era a través de una embarcación o bote. Fue importado desde China en el transcurso del período Heian. Antes de acceder a él, encontrábamos la residencia o castillo, los cuales contaban con distintos pabellones o terrazas para disfrutar de la vista que ofrecía el lugar.
En él, podían encontrarse alrededor de 3 islas, las cuales eran utilizadas por músicos durante ceremonias y fiestas así como por adoradores budistas que acudían a meditar en ellas. Actualmente, no existen jardines de este tipo, sin embargo, réplicas como las del templo Daikaku-Ji o Heian- Jingu en Kioto son reminiscencias de ellos.
También se les conoce como Shinden- Zukuri, debido al estilo arquitectónico del edificio principal.
Jardín del Paraíso
Aquellos que simbolizaban la vida pura. En estos lugares, de acuerdo a la religión budista, el gran maestro (Buda) se sentó a contemplar un estanque de lotos. Cuentan con un estanque y una única isla (llamada nakajima), la cual contenía un lugar de meditación o lo que es lo mismo, la sala de Buda. A ella, se tenía acceso únicamente a través de un puente arqueado generalmente hecho de madera, que conectaba las orillas de la residencia principal con esta última.
Algunos ejemplos de estos jardines son: Enro-ji en Nara, Shiramizu Amidado en Iwaki, Joruri- Jien y Hokongoin en Kioto.
Karesansui
Fueron popularizados durante el siglo XIV por el gran monje budista Muso Soseki, quien construyó los jardines de los 5 monasterios más importantes de Kioto a través del estilo zen. Están compuestos por arena blanca o grava; así como por rocas diligentemente ubicadas. En ocasiones, se emplea musgo para darle cierto relieve y contraste al mismo en contraposición a los otros elementos, no obstante, siempre prescindiendo de ellos como un todo.
El objetivo de estos jardines era y sigue siendo, facilitar la meditación mientras se contemplan los mismos desde el abad del monasterio. Un gran ejemplo de ellos es el Ryoan- Ji en Kioto.
Jardin ermita
surgieron a mediados del siglo X como espacios de esparcimiento en los cuales, samuráis y funcionarios de gobierno buscaban retirarse de la vida pública para meditar o dedicarse a los estudios.
Durante esta época, la mayoría de las casas tenían una arquitectura influenciada por la China, por lo que tenían aspectos rústicos aún. Por ende, para llegar al jardín, era necesario atravesar un sendero irregular y sugerente que invitara al espectador a adentrarse más a ellos para contemplar su verdadera belleza.
Solían tener un pequeño estanque, además de rocas, vegetación, grava o arena; no obstante eran espacios más reducidos que otros tipos de jardines. En esencia, buscaban evocar inspiración y serenidad, buscando siempre el equilibrio entre el hombre y la naturaleza. El más representativo hasta la fecha es el Shisen-do en Kioto, el cual es un templo budista actualmente.
Jardín de paseo o Kaiyu- Shiken teien
Fueron construidos para complementar el nuevo estilo de residencia o de arquitectura doméstica que surgió durante el periodo Edo en Japón. Este tipo de estructura era muy utilizada por militares en ese entonces, y sería el fundamento de las casas tradicionales japonesas hoy en día. Las mismas están inspiradas en los salones de té.
En este sentido, el jardín en conjunto con la residencia, debían tener un aspecto refinado y elegante realzara la belleza general de todo el espacio, por lo que para esta tarea se utilizaban 2 técnicas de la época que aún siguen vigentes.
En la primera, miegakure, se colocaban vallas y verjas simbólicas hechas de madera (o bambú) en la entrada de la residencia, las cuales eras seguidas por un sendero disimulado hecho de rocas que finalizaba en un lago o estanque que dejara entrever el lugar completamente. En ellas, las perspectivas jugaban (o juegan) un papel importante, ya que solo en el momento oportuno el espectador podrá observar el paisaje de manera apropiada.
Por otro lado, podía usarse la técnica del shakkei o, “paisaje prestado”, la cual, también es uno de los elementos de composición en los jardines japoneses. En ella, se aprovechan las vistas exteriores del mismo para confundir al espectador o para insinuarle lo que puede encontrar dentro de él, lo que hace parecer el espacio más grande de lo que en verdad parece; recurriendo no solo a la vegetación del entorno sino también a templos o montañas adyacentes.
Actualmente, es uno de los jardines vigentes y más complejos de construir, debido a su significación y simbolismo, puesto que la miniaturización toma gran relevancia durante su composición. Paisajes famosos, así como fragmentos o escenas de la literatura japonesa, encuentran su espacio en los mismos. Ejemplos de esto son el Suizen- Ji- en- Joju en Kumamoto, el cual ofrece una versión pequeña del monte Fuji. Otro, el Rikugi-en ubicado en la ciudad de Tokio, ofrece pequeños paisajes inspirados en los 88 poemas más famosos de la cultura japonesa.
Roji o jardín de casa de té
Toman su nombre de la ruta hacia la casa del té, la cual debe servir como inspiración para la meditación y la preparación del mismo antes de la ceremonia.
Estos surgieron durante los periodos muromachi y momoyama del Japón, y se caracterizan por ser un espacio al aire libre que conecta la residencia principal con el salón del té. Generalmente y para separar ambos espacios, existe un cenador con una verja simbólica ubicado dentro el jardín, a la cual solo debe accederse cuando el propietario así lo desee.
Una vez dentro, se halla un cuenco de agua hecho de piedra y bambú (tsukubai) o un pequeño arroyo que permita al visitante lavarse las manos y mojarse la boca, justo como lo hacían los antiguos monjes budistas antes del ritual para una purificación simbólica.
Usualmente, estos senderos- jardines, son lugares que se mantienen húmedos y con árboles de follajes verdes, evocando un paisaje oculto entre montañas. Con relación a esto, no existen flores llamativas o que causen distracción a los visitantes, de modo que puedan reflexionar y meditar con mayor facilidad antes de formalizar la ceremonia. En un comienzo, las casas de té no tenían ventanas, pero posteriormente se incluyeron en las mismas para tener una vista parcial o total de estos lugares.
A pesar de seguir vigentes, suelen encontrarse muy poco fuera del país del sol naciente, debido a que están ligados a una práctica cultural que no encuentra mucho sentido si no somos nativos de este lugar. Aquellos que deciden integrarlos a sus espacios fuera del continente asiático, es porque ciertamente son nativos del país o provenientes de él.
Tsubo- Niwa o jardín de patio
Nacidos como la mayoría de los jardines japoneses durante el período Heian y específicamente dentro de los palacios de la época, tenían y tienen el propósito de distraer a los visitantes estéticamente a través de una composición bastante elaborada. Sin embargo, en medidas eran y son, bastante limitados, alcanzando tan solo 3,3 metros cuadros.
En cuanto a elementos, suelen componerse por una vegetación sobresaliente, una linterna hecha de piedra, una fuente de agua y algunas rocas en forma de escalones. Durante el período Edo, los comerciantes comenzaron a popularizarlos, construyéndolos detrás de sus tiendas y los cuales, conectaban sus residencias con las mismas. En algunos casos, también permitían el acceso hacia la calle, por lo que solían ser vistos por los transeúntes.
Hoy en día pueden encontrarse en hoteles, restaurantes, y otros edificios públicos. Un ejemplo de este tipo de jardines es el Muri-an en Kioto del periodo Meji.
Sakutei-ki: principios del paisajismo y la jardinería japonesa
La práctica de la jardinería y el paisajismo dentro de la cultura japonesa, data del período Heian según registros históricos como hemos mencionado. Se habla del primer tratado de esta actividad llamado Sakutei–ki durante el siglo XI, el cual fue escrito según documentos oficiales por Tachibana Toshitsuna, el nieto de un excelso noble de la época llamado Fujiwara Michinga.
Este texto habla de cómo resolver problemas prácticos de diseño basados en la experiencia del autor, así como otros de carácter técnico que podían surgir durante la composición e integración de los elementos existentes en un jardín, a partir de una tradición oral que durante años venía gestándose a manera de conocimiento.
Al mismo tiempo, hace referencia al simbolismo y significación que rodea cada objeto en el espacio, de lo cual puede intuirse que el Japón tenía alrededor de 5 siglos dominando este arte en aquel entonces, tomando como ejemplos claros tanto a la cultura china como coreana. No obstante, para el periodo mencionado, el país ya había desarrollado un estilo marcado que se caracterizaba por la inclusión de islotes y montículos de arena para representar el mar, las islas y montañas de la nación insular.
En este sentido, el tratado explica a través del arte universal de equilibrar y armonizar el flujo de las energías de la naturaleza (Feng shui), cómo ubicar y elegir los objetos de la forma correcta dentro del espacio que seleccionaremos como jardín, ya que la mala praxis de esta actividad desata el infortunio y la furia de los espíritus de acuerdo a la religión sintoísta. Con relación a esto, el mundo está ocupado por estos seres, los cuales, habitan en las rocas, las plantas, el mar y otros objetos que provienen de los 4 elementos a saber: el aire, el agua, el fuego y la tierra.
Haciendo énfasis en lo anterior, a lo largo de esta sección te hemos expuesto los conceptos y objetos más destacados que han surgido a partir de este texto. Sin embargo, queremos resaltarte 3 principios intrínsecos que surgen del mismo a manera de síntesis:
Diseño
El aspecto estético del jardín no es al azar. Aunque su composición topográfica parezca asimétrica, todo elemento ha sido pensado para representar y simbolizar algo dentro de él a una escala bien pensada.
Tiempo y espacio
El movimiento, la inmanencia de la naturaleza sobre el hombre, así como el vacío o ausencia de fondos, definen en gran parte la composición del lugar aunque no lo parezca.
Si nuestro jardín expresa un espacio en sí mismo, las estaciones del año y la vegetación significan entonces el transcurso del tiempo sobre ese lugar.
Cosmogonía
Cada parte del jardín es entendida como un todo al igual que un microcosmos, lo que nos incita a practicar esta actividad desde un punto de vista filosófico/ recreativo. En él se dejan atrás nuestras preocupaciones cotidianas para reflexionar y contemplar la naturaleza de las cosas en sus formas más simples.
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