Cuando acudimos a páginas o sitios en línea sobre jardinería o específicamente sobre huertos, pocos hablan sobre los beneficios que traen consigo.
En este sentido queremos destacar 3 fundamentales:
Durante la adolescencia y la etapa infantil, estos espacios fomentan la integración racial y social así como la interacción entre géneros a través de esfuerzos colaborativos que conlleven a un éxito de objetivos, en este caso, dentro de un espacio de siembra doméstico o escolar. Aunado a ello, promueven la sana competencia, el interés hacia la conservación del ambiente y un aprendizaje dirigido hacia el uso correcto de herramientas relacionadas a la jardinería.
Autogestión alimentaria
Los padres y profesores, motivan y educan tanto a sus hijos como estudiantes a conocer el valor de la tierra y los frutos que provienen de ella a través de actividades que pongan en práctica no sólo conocimientos técnicos, sino aquellos que han sido transmitidos de una generación a otra. Al ser partícipes de labores que pongan a prueba la inteligencia individual y colectiva, así como en menor medida sus capacidades físicas, tanto niños como adolescentes serán conscientes del valor que tiene el alimento que producen no solo para sus familias y compañeros de escuela, sino también para la comunidad o entorno en el cual habitan y hacen vida día a día.
Conciencia Ambiental
Las prácticas ecológicas y de reciclaje que promuevan la preservación de nuestro ambiente para evitar en mayor o menor medida el cambio climático, comienzan tanto en nuestro hogar como en nuestros centros educativos o de aprendizaje. Por ende, la ejecución de actividades que comprometan a nuestra próxima generación a reducir los gases de efecto invernadero a través de espacios sustentables como la construcción de huertos, son opciones manejables para comprender el valor y el impacto que sufre actualmente nuestro ecosistema producto de la contaminación que nosotros mismos hemos desarrollado históricamente, no solo en espacio rurales, sino también en entornos urbanos.
Con respecto a esto, ser conscientes de nuestro rol como seres humanos dentro del planeta tierra nos permitirá ser capaces de transmitir prácticas y técnicas que fomenten y sustenten de una manera más amigable actividades como la agricultura, la jardinería e incluso, la horticultura.
Como puedes leer y en conclusión, la creación o elaboración de un huerto doméstico no es una tarea que pueda ser demasiado compleja, sin embargo, requiere de un espacio adecuado, herramientas acordes, y un sustrato correcto para garantizar un cultivo exitoso, en especial durante la fase de crecimiento de las plantas y luego de recolectar los frutos que cada una de ellas ofrece dentro de este lugar.
En este sentido, la planificación previa al acondicionamiento del lugar es esencial al igual que fijar objetivos claros durante los meses en los cuales ejecutarás la actividad de siembra, sea que emplees la jardinería con fines recreativos o la horticultura para la producción masiva de víveres, tomando en cuenta técnicas que sean sustentables para el ambiente.
Con respecto a esto último, recuerda también establecer los fines de tu huerto, puesto que de acuerdo a los objetivos que plantees dentro de él, habrá repercusiones sociales, ambientales, comunitarias, familiares, etc., incluso si solo buscas modificar tú día a día, ya que podrías mejorar tu estilo de vida y el de otros estableciendo metas positivas que conlleven a prácticas más saludables a corto o a largo plazo, no solo en el ámbito personal o colectivo, sino también en el área educativa si eres parte de un centro de aprendizaje.
Finalmente, si te ha interesado el contenido que hemos puesto a tu disposición en esta sección, te invitamos a continuar leyendo Decora Tu Jardín para encontrar más información destacada y consejos prácticos de acuerdo al tipo de espacio del cual dispongas y al tipo de plantas que tengas en él.
¡Hasta la próxima!
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