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Breve historia sobre las alamedas

historia de las alamedas

En un comienzo, los álamos eran plantados y dispuestos en filas gracias a su tamaño (sobre todo en Europa,) para crear espacios llenos de sombra, donde la gente pudiese reposar en los días más calurosos del año o bien, concentrarse para realizar actividades que permitiesen su distracción o venta de bienes.

Paulatinamente esta práctica dio origen a las alamedas, las cuales, tenían el objetivo de servir como extensiones de algunas fortificaciones o castillos en gran parte de Europa durante la edad media y en el Asia feudal, esto con el propósito de proteger de forma más eficaz los espacios amurallados y brindar la menor visibilidad posible a enemigos cercanos.

No obstante, se sabe que desde el siglo XIII en algunos lugares de Europa como Países Bajos, existen registros sobre la construcción de alamedas para mantener la estabilidad del suelo cerca de ríos o riberas, dando origen a lo que hoy conocemos como diques.

Eventualmente y con el transcurso de los años, estas prácticas dieron paso al desarrollo de actividades recreativas o remuneradas que finalmente se convirtieron en la jardinería o en el paisajismo de nuestros días, donde los árboles sembrados serían pensados y dispuestos no solo con el objetivo de realzar la belleza estética del sitio, sino también para ser integrados junto a otros elementos del ambiente.

Fue así como la iluminación, el viento, la fauna, y otros aspectos geográficos ganaron importancia en la composición de las alamedas; donde además, las raíces de los álamos aportaban beneficios al suelo como estabilidad y firmeza como bien se conoce.

Aunado a esto, los troncos y la hojarasca de los mismos eran capaces de brindar protección solar a plantas y arbustos más pequeños gracias a la sombra que proyectaban y siguen proyectando al alcanzar la madurez, ayudando a la preservación de estos de forma natural.

¿Cuál es el propósito actual de las alamedas?

La plantación de álamos hoy en día, busca que la tierra tome mayor estabilidad conforme pasan los años y a medida que los mismos crecen. De esta manera, al sembrar o cultivar otro tipo de flores, frutos o arbustos, estos tendrán mayor estabilidad y firmeza en sus raíces  gracias a la nueva consistencia del suelo.

No obstante, los álamos no deben plantarse demasiado cerca a otras formas de vegetación o incluso, aledaños a edificaciones, ya que las raíces de estos árboles suelen ser invasivas y si no se toma en cuenta una distancia prudente en cada uno de ellos o se planifica su plantación, puede que a corto o a largo plazo causen problemas en el jardín o bien, en las estructuras donde han sido ubicados sea cual sea su propósito.

Por otra parte, el objetivo de las alamedas varía de acuerdo a su fin. Mientras que los álamos naturales no tienen una intención en si puesto que crecen de forma silvestre, aquellos obtenidos en reservas forestales o viveros, tienen el propósito de ser adquiridos para ser introducidos en suelos de alto riesgo.

Otros, sencillamente son comprados con fines ornamentales o estéticos, o bien,  para proteger flores o arbustos del sol gracias a la sombra que proporcionan, por lo que es recomendable tener claro cuál será su objetivo principal.

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