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Tipos de Suelo para Huertos: Los Mejores y Los Peores

tipos de suelo huertos

Si eres un aficionado en jardinería, y estás en búsqueda del sustrato correcto para mejorar tus plantaciones dentro de tu huerto, acá te mencionamos los más usados y los menos recomendados a la hora de cosechar frutas, legumbres o verduras para que puedas comenzar de la manera correcta a cultivar tus víveres. En este sentido, ponemos a tu disposición 5 tipos:

Suelos Arcillosos

Sustrato pesado de color rojizo- amarillento. A pesar de ser efectivo a la hora de retener nutrientes, la ventilación en este tipo de suelo es bastante limitada. Si bien, son capaces de almacenar una cantidad de agua considerable, el drenaje del mismo es bastante lento, sobre todo en períodos o climas con temperaturas frías.

Si estás pensando en emplearlo con el fin de establecer actividades agrícolas dentro de tu huerto, lo mejor será mezclarlo de forma homogénea con otro tipo de sustrato como arena o humus, ya que su uso por si solo puede inundar el terreno de siembra constantemente y pudrir las raíces de tus cultivos.

suelo de arcilla

Es ideal para víveres como: La acelga, espinaca, menta, nogal, laurel, cebolla, perejil, cerezo, hierbabuena y calabaza.

Suelos Arenosos

Es uno de los más conocidos dentro de los tipos de sustrato. Es del tipo ligero y tiene una textura áspera y seca, no obstante, posee un excelente drenaje, ya que el agua circula con facilidad gracias a las partículas minerales que contienen, las cuales forman pequeños canales microscópicos.

Una de sus principales características, además de su drenaje, es la absorción de calor, alcanzando temperaturas más elevadas que otros sustratos durante la primavera y el verano. En este sentido, suele combinarse también con otros tipos de suelo para aprovechar sus beneficios en actividades agrícolas, sobre todo materia orgánica y humectante que enriquezca el mismo y lo haga más fértil, ya que por sí solo, no sirve de mucho para el cultivo de plantas comestibles.

suelo arenoso

Algunas plantas que pueden beneficiarse de estos suelos son: la zanahoria, romero, lechuga, aguacate papa, eucalipto, brócoli, palmeras, entre otros.

Suelos limosos

Considerados como sustratos medios, los suelos limosos tienen la capacidad de absorber nutrientes y retener agua casi en partes iguales. Son más manejables que los arcillosos y casi igual de suaves que los arenosos.

Son de color marrón y pueden encontrarse en lugares como riberas, lo que los hace bastante fértiles gracias a la humedad que reciben. Aunado ello, el drenado que presentan es ideal para la mayoría de los cultivos dentro de la agricultura y la descomposición de materia orgánica ocurre con bastante facilidad. No obstante, requieren de un buen acondicionamiento antes del cultivo, ya que son bastante pedregosos.

suelo limoso

En ellos, podemos cosechar idealmente repollos, alcachofas, orégano, fresnos, arroz, lechugas, sauces y encinos.

Suelos calizos

Reciben este nombre derivado de su composición química, la cual incluye carbonato de calcio y magnesio (sales calcáreas). No obstante, pueden contener trazas de hematita, cuarzo y arcilla en su mayoría minerales. Son de los sustratos más secos y áridos que existen, siendo bastantes estériles para la agricultura producto de las sales que los componen, lo que evita que puedan almacenar nutrientes que beneficien nuestros víveres durante la fase de crecimiento.

Suelen caracterizarse por su color blanco y por reaccionar químicamente con el agua, la cual absorbe con demasiada facilidad durante dicho proceso secando casi de inmediato el suelo. Sin embargo, son aptas para algunos tipos de hierbas aromáticas a través ciertas técnicas agrícolas y fertilizantes.

suelo calizo

Plantas como el caqui, la higuera, el almendro o el granado, pueden pueden llegar a crecer en este tipo de lugares sin necesidad de agentes externos, empero, deben monitorearse continuamente durante su cultivo.

Suelos salinos

Como su nombre lo indica, son sustratos ricos en sales, los cuales son propios en su mayoría de climas secos. Estos suelos hacen de nuestros víveres débiles y frágiles si decidimos plantar en ellos, ya que mientras crecen absorben una gran cantidad de sales solubles a través de sus raíces.

Si la cantidad de estas sustancias es moderada en los suelos, puede que las plantas crezcan con un color azulado, hojas más pequeñas y con una tonalidad más oscura de lo que pueda parecer normal. Además de esto, son terrenos alcalinos y ricos en yeso, lo que hace que el drenaje sea pésimo y nuestras verduras, legumbres o frutas acumulen una gran cantidad de cloro durante su crecimiento, atrofiando o imposibilitando la floración y aparición de frutos. Algunas de ellas ni siquiera alcanzan esta etapa, muriendo de forma muy temprana.

suelo salino

Esto no quiere decir que no crezca vegetación en los mismos, ya que árboles como el ciprés, cedro, algarrobo, arce o morera pueden llegar a soportar esta condición en dichos suelos, pero, si buscas emprender huertos en ellos con el propósito de siembra, te será difícil comenzar esta actividad y requerirás de experiencia en agricultura si eres un aficionado a la jardinería.

Suelos pedregosos

Estás compuestos por distintos tipos de minerales, sobre todo rocas. La irregularidad de este sustrato, producto de los movimientos terrestres sean por causas naturales o artificiales, hacen de ellos complejos para la siembra.

Desarrollan una impermeabilidad, y absorben con facilidad la humedad y el agua, pero, si se acondicionan correctamente mezclándose con tierra fértil y abono orgánico, se pueden tener resultados favorables o lugares aptos para el cultivo de nuestros alimentos.

No obstante, cabe destacar que se requiere de una planificación previa y de un trabajo más arduo que cuando cosechamos en otros tipos de sustratos, ya que de no ejecutarse, podría traer inconvenientes durante el crecimiento de tus frutos y dentro del huerto.

suelo pedregoso o de piedras

Suelos de turba

Suelen caracterizarse por ser de color marrón oscuro y de textura suave. Además, pueden absorber grandes cantidades de nutrientes así como de agua, lo que los convierte en suelos idóneos para la agricultura. A pesar de que pueden saturarse de humedad, el drenaje de estos puede mejorarse al combinarse con otros tipos de sustratos.

Se aprovechan mayormente en épocas o estaciones de calor como el verano o la primavera gracias a la retención de líquido vital que ofrecen a las plantas, empero, son capaces de resguardar térmicamente las raíces de nuestro cultivo durante períodos de invierno o en lugares con bajas temperaturas gracias a su permeabilidad.

suelo de turba

Aunado a ello, sus propiedades se aprovechan para evitar la proliferación de plagas, lo cual lo hace idóneo para la siembra de casi cualquier semilla o para comenzar un huerto desde cero.

Suelos humíferos

como su nombre lo indica, son aquellos ricos en humus, los cuales suelen contener lombrices y otros microorganismos que ayudan al proceso de compostaje en el sustrato. Poseen una gran cantidad de materia orgánica descompuesta y su color es un negro bastante llamativo gracias a los nutrientes que almacena.

El drenaje de estos suelos es excelente gracias a la ventilación que recibe por medio de los anélidos (lombrices), lo que el cultivo de casi cualquier fruta, legumbre o verdura es posible en ellos. Pocas veces requiere ser mezclado con otros sustratos, aunque esto dependerá por supuesto de tu ubicación o lugar en el que se encuentre tu huerto.

suelo rico en hummus

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