De acuerdo a historiadores y expertos en jardinería, los jardines Zen no existen. ¿El por qué? Puesto que estos son solo características que han sido tomadas del tipo Karesansui o jardín seco y las cuales, fueron occidentalizadas durante el siglo XX. Recordemos que estos elementos pueden encontrarse en otros tipos de espacios, no obstante, el empleo de rocas, arena (o grava) así como de musgo y ausencia de vegetación, son propios de estos lugares.
Con relación a esto, el adjetivo Zen en estos jardines proviene de los templos adyacentes a los cuales se encontraban, empero, ha dejado de ser un aspecto resaltante, puesto que hoy en día los mismos pueden encontrarse en residencias privadas, restaurantes e incluso posadas. En todo caso, lo que predomina en el continente Europeo y otras partes del mundo fuera de Asia es una estética Karesansui dentro los jardines de estilo japonés.
En este sentido, recordemos que la misma forma parte de los principios budistas, donde es la nada lo que realmente se contempla para reflexionar sobre las cosas, ya que construir un espacio lleno de distracciones visuales no permite encontrar una consciencia iluminada. No obstante, se sabe que los monjes zen pasan la mayor parte del tiempo dentro de los templos meditando, y que solo durante eventos oportunos, estos acuden a este tipo de lugares.
A pesar de ello, y de las opiniones controvertidas que existen con respecto al tema, es innegable la influencia de los templos Rin-zai zen en la estética de estos jardines, sobre todo en los edificios religiosos ubicados en Kioto, de los cuales es originario este rasgo.
Cómo pudiste leer en conclusión, la construcción de estos espacios requiere de un gran esfuerzo mental y en parte físico, donde la reflexión juega un papel importante para el desarrollo total del lugar. Además, cabe destacar que aspectos como el tiempo y el espacio fundamentan el diseño del jardín, el cual no se verá del todo completado hasta que transcurran ciertos años dentro del mismo.
Tener plena consciencia de los elementos que ubicamos en el lugar, su significación y simbología dentro de él, así como del fondo, la escala y la asimetría que se presentan en estos, es parte emprender esta actividad no solo de manera recreativa o terapéutica, sino también de forma filosófica, la cual pone en evidencia en ocasiones la ignorancia de nuestros sentidos hacia la naturaleza.
Lo más importante durante el desarrollo de esta labor, se trata de encontrar un punto equilibrio no solo con el entorno natural, sino también con nuestro espíritu y con la arquitectura adyacente, de modo que, esto nos proporcione bienestar y serenidad a través de un estilo de vida en el que “aprender sólo para estar contento” sea una premisa cotidiana.
Ahora que tienes el conocimiento para emprender tu propio jardín de estilo japonés, te invitamos a ponerlo en práctica y a encontrar por ti mismo, el tipo que mejor se adapte a tu vivienda de acuerdo a lo que buscas para tu espacio. Al mismo tiempo, si te ha parecido útil nuestro contenido, compártelo con otras personas para que puedan construir de la misma forma que tú, el lugar correcto en casa o por qué no, dentro de su negocio, posada o restaurant.
Finalmente, si consideras que es demasiado complejo elaborar un jardín japonés o no es lo que precisamente esperabas, ¡no te desanimes! continúa leyendo Decora Tu Jardín y encuentra más información detallada con respecto a otros jardines que puedan llegar a ser de tu gusto. ¡Nos leemos en un próximo apartado!
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